“ Ésta es para mi vejez”
“ Éste es por si su papá se va”
“ Está es mi felicidad”
“ Éste es para no sentirme sola”
“ Está o este no se va a casar, se quedará conmigo”
“ Esta se hará cargo del negocio de la familia”
“ Todos pueden irse, pero tú no”
“ Si ella está, su papá no nos dejará”
“ Tú me cuidarás en mi enfermedad”
“ Tu estás para ayudarme con tus hermanos cuando yo me muera“
Todas estas frases terroríficas las he escuchado y muchas de ellas las he visto cumplirse.
Hijos que jamás se han ido de la casa de sus padres; deseando hacerlo.
Hijos que creen que tienen que cuidar a sus padres de viejos,
también llamados los hijos “bastón".
Hijos que cargan con el mandato de viajar con sus padres,
de pasar las fiestas con ellos, de tener que hacerlos felices.
Hijos que no se han casado o formalizado con ninguna pareja porque están atados simbólicamente con mamá o con papá.
Hijos que se hacen cargo de sus hermanos por promesas hechas por el alma desde el vientre materno a los padres o en su lecho de muerte.
Revisa si papá o mamá fue un hijo o hija ancla en su sistema.
Quien la detiene, retiene y no pudo avanzar y sanar el impacto
generacional de ello.
¿Que hacer para sanar?
Los padres difícilmente sueltan a los hijos y menos si han creado un proyecto así desde el alma.
Pero si tú en algún momento lo pensaste, lo dijiste porque en ese momento era tu nivel de conciencia mira a tu hijo o hija a los ojos
y dile:
“ Te libero de mi”
“ Te libero de hacerte cargo de mi vejez”
“ Te libero de mi enfermedad”
“ Te libero de mis carencias”
“ Te libero de mis palabras “
Si eres un hijo o hija ancla
Que no avanza en sus proyectos
Que no logra tener pareja
Que vive en casa paterna
(aunque ellos estén muertos )
Si tienes de profesión:
Médico, enfermera, asistente social, trabajo con ancianos. Eres un hijo ancla.
Si no puedes viajar o concretar viajes, eres un hijo(a) ancla.
Si estás en el negocio de tus padres y tienes que dar y repartir a tu mamá o hermanos, eres un hijo ancla.
Si te casaste y tuviste que llevar a vivir contigo a tu mamá; eres un hijo(a) ancla.
Dolores, calambres, entumecimiento de piernas, tobillos y rodillas cada vez que planeas algún proyecto que te aleja de tu mamá o papá; eres un hijo ancla.
No se cumple ningún proyecto de vivir lejos, o en otro país; solo si das dinero para la vejez de tus padres. Eres un hijo ancla.
Para sanar nuestras palabras y miedos hacia nuestras generaciones, debemos tener el permiso como hijos de liberarnos del mandato de nuestros padres sin sentir culpa.
Puedes dar o aportar para su vejez. Pero no son tu responsabilidad.
La libertad de irse es el regalo más grande que podemos dar a nuestras generaciones.
Ningún hijo debe quedarse anclado a nuestro lado. Todo padre o madre sabio planea y tiene una visión para no cargar a ningún hijo.